Le habéis vuelto a ver? Se esconde entre los manifiestos del polen, acariciando nuestro pelo, jugando al escondite. Vuelve locos a los jóvenes e inmaduros a adultos. Merodeando entre la ropa de invierno y verano, sin dejar más mella que las marcas de los empujones, y el dulce dolor del cambio. Recobrándonos en carnes, invirtiendo en proyectos e ilusiones, deshilando pasados, mitigando prejuicios; en fin, somos tan volátiles a los efectos externos… perturbarnos es fácil y aprisionarnos aun lo es más. Miedos a los cambios, culpables, pero especialmente si somos nosotros los que tenemos que impulsarlos; por el contrario, nos encanta que nos muevan, nos lleven hacia lugares donde nunca estuvimos, sin soltar la mano que nos sostiene la paisana realidad, la de la infinita intimidad.
He aprendido a estornudar sin cerrar los ojos, no quiero perderme ni un ápice del mundo por no haberlos tenido abiertos. Te imaginas si nos dijeran todo lo que no hemos visto a lo largo de los años por haber mirado hacia otra dirección, y peor, por ni siquiera haber querido mirar. El corazón no codificara lo que los ojos no puedan recibir…la felicidad nunca fue un complemento del verbo QUERER… sin pedir nada a cambio, sin necesitar nada; respirando nos lleva hasta mañana y deja que veamos hoy. No tenemos que luchar, tan solo caminar, porque en todas partes hay mundo y gente, belleza y dolor; en cualquier lugar nos podremos sentir impotentes porque somos vulnerables y viajamos con nosotros mismos! QUERER y ELIGIR serán a veces incompatibles, inaccesibles y surrealistas… es entonces cuando habrá que liberarlas la una de la otra… primero ELEGIR y luego aprender a QUERER. Porque, quién de vosotros de verdad sabe lo que quiere?
1 comentario:
Me he perdido en tu blog, me he perdido en este espejo...y ha sido genial.
Gracias
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