La ruptura
Empezaste a cavar mi tumba cuando todavía no había muerto
Un día te despertaste y tu cuerpo ya no me rozaba
Bajo las sabanas, nuestras manos no se entrelazaban
Empezaron a irritarte mis singularidades
Aquellas que antes te parecían entrañables
Dejaste de prestar atención a nuestras conversaciones
… te ausentabas a algún lugar donde yo no podía seguirte
Mi cuerpo te empezó a parecer territorio ya explorado.
Mis bromas dejaron de hacerte reír,
y mis preocupaciones de preocuparte.
Mi yo se convirtió en una sombra,
Mis mensajes en leídos sin respuesta.
Te alejabas, perdías la ilusión… y yo la introspección.
y tus “yo también” eran simples estribillos.
Empezaste a buscarte fuera de casa
La admiración en la mirada de otras
Tu cuerpo en los roces de extrañas
Con sus nombres ocultabas el mío
Y con tus gestos revivías el inicio
Y así perdí la licencia de nuestros juegos
Llegabas cada vez más tarde
Huyendo de mis miradas y evitando mis preguntas
“no me pasa nada, es el trabajo” me decías…
Empezamos a mentirnos, a no entendernos
Tú superando tu duelo en silencio,
mientras yo moría sin saberlo
Y con los días buenos la enfermedad se encubría
Antídoto momentáneo, con suministros de amnesia
Me aferraba al pasado para evitar el fracaso
Mientras tú recogías los restos para olvidar el pasado
Y entonces apareció ella, y con ella tu coraje
Convertisteis nuestros muros en escombros
El nosotros, en vosotros
Y el yo, en un abstracto
Me tomaste ventaja para no estar solo
Ni ante el duelo, ni durante la muerte
Tu luto, efímero
Mi entierro, prematuro
Tu desgracia, mi ignorancia
Mi desgracia, tu traición
Tu vida empezó cuando encontraste en otra las fuerzas para enterrarme
Mi vida empezó cuando encontré en mí las fuerzas para levantarme
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